La función de caminar constituye una “actividad básica de la vida diaria” (ABVD), que no por serlo, deja de ser una de las más complejas que realizamos las personas. Es la más importante para desplazarnos y la que verdaderamente por si misma define la movilidad. Junto a esta (ABVD), la capacidad para mantener el equilibrio y la posición erecta constituye la base fisiológica imprescindible para llevar a cabo la deambulación eficaz y eficiente a cualquier edad. El envejecimiento por si mismo no debe acompañarse inevitablemente de alteraciones patológicas de la marcha y el equilibrio, ya que la reserva funcional debe ser suficiente como para evitar que se produzcan. Por otra parte, el mantenimiento de la marcha y el equilibrio es uno de los requisitos más importantes para un envejecimiento activo, positivo y satisfactorio, ya que los trastornos de la marcha y el equilibrio son causa importante de perdida de la independencia.
Probablemente uno de los problemas más frecuentes, graves y preocupantes que se presentan en las personas mayores, tanto si viven en sus domicilios como si permanecen ingresadas en instituciones residenciales, sean las caídas. Son múltiples las circunstancias y consecuencias asociadas a estos dos problemas, que mediante un proceso exhaustivo de valoración, se consigue descubrir causas tratables de los mismos, que con un plan de cuidados adecuado proporciona las claves para evitar, paliar o mejorar dichos síndromes geriátricos. Así pues, resulta muy procedente considerar conjuntamente el estudio de los trastornos de la marcha y equilibrio con las caídas y la propia osteoporosis, puesto que todos ellos y la inmovilidad o deterioro funcional se relacionan y suelen presentarse juntos, especialmente en las personas muy mayores y más frágiles.
Por otra parte, debemos decir que los citados síndromes geriátricos son los mayores causantes del ingreso en Residencias, después de la propia inmovilidad o síndrome de deterioro funcional, y que todos ellos pueden ser la forma de manifestación inicial en los ancianos de enfermedades graves o importantes que tienen tratamiento y a veces son ignoradas por el anciano, la familia y el propio médico que los trata habitualmente.
Iñaki Iribar Unibaso